martes, 30 de abril de 2013

Historia de La Carolina

La Carolina, localidad que acabó por asumir la capitalidad de las Nuevas Poblaciones, nació en torno a un convento de carmelitas llamado "La Peñuela", del que tomó su nombre la población hasta que fue cambiado en honor de Carlos III. El convento fundado en 1573 y refundado en el s. XVII, que contó con visitas y estancias de San Juan de la Cruz, fue adquirido por Pablo de Olavide para establecer la sede de su Intendencia.

El proyecto de Nuevas Poblaciones en Sierra Morena, al amparo del que se gestó y tomó carta de naturaleza la actual ciudad de La Carolina, ha sido uno de los proyectos reformadores de mayor envergadura en la historia de España. Fue una empresa urbanizadora que contempló la creación de cuarenta y cuatro pueblos y once ciudades en lugares yermos de los llanos de la Parrilla y Sierra Morena para limpiarlos de bandoleros, explotar mejor la tierra, generar riqueza y establecer unos diez mil colonos extranjeros, lo que a su vez aseguraba el camino de Madrid a Cádiz que canalizaba la casi totalidad del tráfico de mercancías y riquezas procedentes del nuevo mundo.

En 1767 llegaron los primeros colonos traídos por el aventurero bávaro Thürrieguel desde distintos puntos de la Europa central. La puesta en marcha no estuvo exenta de dificultades y desencantos, con todo, el proyecto y la colonización ideada por Pablo de Olavide, poco a poco se fue haciendo realidad. En el caso de La Carolina , la construcción estaba finalizada en 1770.

La capitalidad de La Carolina, en el conjunto de las Nuevas Poblaciones, tendrá sus repercusiones desde el punto de vista productivo y económico. El propio Olavide centró sus esfuerzos en convertirla en uno de los centros más industriosos y activos del reinado de Carlos III. En 1775 existían fábricas de paños, seda, albornoces y barraganas, una fábrica de loza, dos de sombreros, etc.. Proceso que se acompañó de un resurgimiento de la actividad minera en la zona en el último cuarto del XVIII y que tuvo su cenit en el primer cuarto del s. XX. Una explosión minera que se caracterizó fundamentalmente por la escasa participación del capital andaluz y la fuerte presencia del capital extranjero que marcaron un fuerte protagonismo de las grandes Compañías Mineras. Este hecho revirtió en un fuerte crecimiento de la población, hasta el punto de que a finales del XIX se había quintuplicado respecto a los primeros años de la centuria. En 1925 se inició un lento declive, agudizado por la guerra civil, hasta los años 60. A partir de estas fechas se inicia un proceso de recuperación demográfica y relanzamiento industrial, que se ha intensificado en las últimas décadas.

La Carolina está considerada como el mejor y más completo ejemplo de urbanismo español de la época de la Ilustración. Un plano en cuadrícula, con grandes perspectivas y ejes axiales, salpicado con plazas circulares, rectangulares y poligonales. La racionalidad del proyecto se intensifica con la uniformidad estilística de sus fachadas, con jardines delanteros, que se van situando de forma que configuran un cambio de anchura y perspectivas. Un plano muy avanzado para su tiempo en el que se incorporaban todos los recursos y avances del urbanismo barroco y neoclásico.

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